Nacimiento de un nuevo blog.
Érase un hombre a un móvil pegado, o quizás una mujer, qué más da.Érase un móvil superlativo, de tentáculos infinitos, que impactaba en los oídos.
Érase un instrumento omnipresente e indecente que me dejaba aturdido.
¿No te has parado a pensar todas las cosas que te pierdes por no separar tu mirada del dichoso celular?
Ya me olvidé de observar, disfrutar de lo que me rodea y saludar a los demás. Solo tengo mi mente ocupada para ver otro wasap.
Manuel!!! has dado en la tecla!!! Justo!!!! Cuando estamos como en la foto... vaya enfermedad!!!! A seguir este nuevo blog!!! saludosss
ResponderEliminarEstá claro que es una enfermedad moderna. Como explicó alguien hace poco, si un fumador se levanta por la noche a fumar, tiene una adicción. Si una persona se levanta por la noche a mirar el móvil, ¿cómo le consideramos?
ResponderEliminarGracias a los dos primeros comentaristas de este nuevo blog.
ResponderEliminarSaludos para Mariela y para Álvaro Lamela.
Celebro el alumbramiento de esta criatura y le deseo toda suerte de venturas. Y admiro el valor de su padre, pues no se enfrenta a un molino de viento si no a un auténtico gigante: Una fortísima adición a cuya dependencia nos entregamos libremente vendiendo (no ya sin cobrar, si no hasta pagando) nuestra propia esencia y la de nuestros amigos y familiares. ¡Quién nos lo iba a decir!
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña a mi blog y por tu amistad.
Un fuerte abrazo, amigo.
Celebro el alumbramiento de esta criatura y le deseo toda suerte de venturas. Y admiro el valor de su padre, pues no se enfrenta a un molino de viento si no a un auténtico gigante: Una fortísima adición a cuya dependencia nos entregamos libremente vendiendo (no ya sin cobrar, si no hasta pagando) nuestra propia esencia y la de nuestros amigos y familiares. ¡Quién nos lo iba a decir!
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña a mi blog y por tu amistad.
Un fuerte abrazo, amigo.
Gracias a ti, por llegar, por dejar el aire fresco que mueva a ese enorme molino de viento. Solo me queda recibir el escudo y la lanza de mi amigo Alonso Quijano para combatir a ese auténtico gigante.
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