El día fue ajetreado y necesitaba airearme por lo que fui a dar un paseo por los Cerros de Alcalá.
Elegí la Ruta verde.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
(Federico García Lorca)
En otras ocasiones esta ruta se podía realizar sin problemas dado que el trayecto es bastante cómodo pero esta vez la cosa cambió porque muchos árboles estaban caídos sobre el camino señalado, impidiendo continuar la marcha.
Una imagen dantesca con esos troncos desgarrados, ramas partidas, raíces al viento... me dejó perplejo ante la imposibilidad de seguir caminando.
Tuve que dar media vuelta y regresar por donde venía, sin poder realizar la ruta programada.
Al llegar a casa y poner la tele, me enteré que una tal Filomena, había hecho de las suyas.
