Hola guapetón, agradeciéndote tu propuesta de servir de altavoz en tu
blog, me lanzo a escribir estos pensamientos en voz alta.
Ante
todo agradecer a la inmensa mayoría de españoles, que utilizan el
sentido común, porque saben hacer las cosas bien, y se están
quedando en sus casas ( por muy complicado y difícil que sea para
todos) porque nos estáis ayudando a cuidarnos y cuidaros ¡ GRACIAS¡
Me
preguntas por mi día a día, en el campo de batalla, que como
enfermera de UCI me está tocando librar.
Me
gustaría decirte que es fácil y que todo va bien, pero seria
absolutamente mentira, y aunque sean piadosas, no está la actualidad
para distraernos en ellas.
La
cosa está fea, tremendamente fea, y lo peor…esto es solo la punta
de iceberg de lo que nos espera…..
Todo
el rato somos NUMEROS, en la TV números y más números, en todos
los programas de opinión ( en los que , como no podría ser de otra
manera, opina el primer bocachancla que pasa por allí, aunque no
tenga, en muchos casos, ni criterio ni veracidad en sus opiniones,
pero claro, en aras de “la libertad de expresión” opino lo que
me da la real gana y ya veremos……
Números
y más números, es mejor decir primero los casos de pacientes de
alta (opinan algunos, que la población esté optimista…)
La
verdad, es que cuando empezamos a recibir los primeros enfermos en
las UCIS, todos, o casi todos eran octogenarios ( más números) a
los que se privó de la relación con sus familias y seres queridos,
aunque te he de confesar, que nosotros nos lo saltamos un poco a la
torera ya que cuando intuíamos el riesgo de muerte inminente,
dejábamos pasar a su familiar más directo provisto de su EPI
correspondiente para, por lo menos evitar que esa despedida no fuese
tan irracionalmente dura y desolada, que no desasistida, porque de
eso, ya nos encargamos nosotros, como no podría ser de otra forma;
hay que tener en cuenta, que el proceso en si puede ser demoledor
para esas familias, a las que se les priva de todo contacto con su
ser querido durante el ingreso, pero que , en caso de fallecimiento,
se les obliga a incinerarlo, a NO VELARLE, por el riesgo al
contagio…..creo que como sociedad, esto va a implicar UN ANTES Y UN DESPUÉS…
Ahora
ya metidos en la a vorágine de la avalancha, nuestros enfermos
actuales, están entre los 44 – 74 años ( más números), quizás
porque ya la necesidad imperiosa de los recursos finitos, tanto
humanos como materiales, estén haciendo unos trajes cada vez más
exhaustivos y cada vez más agresivos , ya ves nosotros hasta hace
poco debatiendo sobre la ley de eutanasia ( por fin, tan necesaria en
nuestro país para que cada ser humano sea capaz de decidir hasta
cuando quiere seguir con su miserable vida) y ahora…son otros, no
nosotros los que van a decidir cuando se te va a asistir o si se te
puede asistir o no…….
El
mundo según lo entendíamos hasta hace dos semanas, ya ha dejado de
existir, y no lo volveremos a recuperar.
Ahora
somos nosotros, la población occidental los “ apestados”,
podemos empezar a intuir el miedo, la necesidad de huir ; pero somos
tan irracionales que, posiblemente no aprendamos mucho después de
que todo esto haya pasado, y no paremos hasta infectar a aquellos
países africanos, por si no tuviesen bastante con sus pobres
vidas y su precario o inexistente modelo de sanidad.
En
fin , Manolo , quiero pensar que TODO ESTO SERVIRÁ, NOS DEBEMOS
OBLIGAR A QUE SIRVA, por que solo así podremos salvarnos como
sociedad.
Cuídate
mucho guapetón, por que si algo es SEGURO, es que cuando esto acabe,
hemos de organizar una quedada por todo lo alto, para volver a poder
abrazarnos y reírnos como hemos hecho siempre.
¡
QUÉDATE EN CASA, POR TODO, POR TODOS¡
Paloma