Comenzó abril.
Cogí el tren de cercanías para realizar un corto viaje sin salirme de la Comunidad, cosas de la pandemia.
Saqué el libro de mi mochila :
"Un oceáno para llegar a ti" de Sandra Barneda.
Llegué a mi destino, encontré un banco de piedra en un parque cercano y dejé la lectura un momento para saludar a unos narcisos amarillos que se cruzaron en mi camino.